Una de las averías más comunes en nuestros vehículos es la obstrucción del catalizador. Esta suele producirse por la acumulación de gases de escape sin quemar en el convertidor catalítico, de forma que este se ve incapaz de eliminarlos por completo. Normalmente, las causas de esta avería son:
- En los motores de gasolina suele producirse por un mantenimiento inadecuado de las bujías y por el abuso de los trayectos cortos y urbanos.
- En los motores diésel se puede estropear el catalizador si acostumbramos a circular muy bajos de vueltas -menos de 2.000- y si abusamos de los trayectos cortos y urbanos.
Detectar esta avería es sencillo, ya que se nos encenderá el testigo de avería del motor o el de gases contaminantes en el cuadro de instrumentos del coche. Ante esta situación, la reacción habitual del coche será la pérdida de potencia y el reiterado calado del vehículo.
Veamos los posibles factores que pueden hacer que el catalizador se averíe:
- La falta de mantenimiento
- Consumo bajo o excesivo de aceite
- El coche no arranca como debería
- Un fuerte impacto en los bajos del coche
- Mezcla de admisión mal regulada